Encefalitis
La encefalitis es una inflamación del encéfalo, el cual incluye el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico. Es una enfermedad grave que puede alterar el funcionamiento normal del sistema nervioso central y poner en riesgo la vida si no se trata a tiempo.
Causas:
La causa más común es una infección viral, aunque también puede deberse a bacterias, hongos o una respuesta autoinmune del propio organismo. Entre los virus más frecuentes que la provocan se encuentran el virus del herpes simple, el virus del Nilo Occidental, el virus de la varicela zóster, y algunos arbovirus transmitidos por mosquitos. En casos menos comunes, puede aparecer después de una vacunación o una infección, cuando el sistema inmunológico reacciona de manera exagerada.
Síntomas:
Los síntomas varían dependiendo de la causa y la gravedad, pero los más comunes incluyen:
- Fiebre alta y dolor de cabeza intenso.
- Náuseas y vómitos.
- Confusión, somnolencia o pérdida del conocimiento.
- Convulsiones.
- Rigidez de cuello.
- Cambios en la personalidad o el comportamiento.
- En casos graves, puede provocar coma o daño cerebral permanente.
Diagnóstico:
El diagnóstico se basa en una evaluación clínica y diversas pruebas, como:
- Punción lumbar para analizar el líquido cefalorraquídeo.
- Resonancia magnética o tomografía cerebral para detectar inflamación o lesiones.
- Electroencefalograma (EEG) para evaluar la actividad cerebral.
- Análisis de sangre o pruebas específicas para identificar el virus o agente causal.
Tratamiento:
Depende del origen. Si se trata de una encefalitis viral, especialmente por el virus del herpes simple, se administran antivirales como el aciclovir. En casos bacterianos se utilizan antibióticos, y en los autoinmunes, corticoides o inmunoglobulinas. El tratamiento de apoyo incluye controlar la fiebre, mantener la hidratación, reducir la presión intracraneal y prevenir convulsiones.
Pronóstico:
La recuperación depende del tipo de virus, la rapidez del tratamiento y la edad del paciente. Algunas personas se recuperan completamente, mientras que otras pueden presentar secuelas neurológicas como problemas de memoria, dificultades motoras o cambios en el comportamiento.
Prevención:
No siempre puede evitarse, pero se puede reducir el riesgo mediante:
- Vacunación (por ejemplo, contra sarampión, paperas, rubéola, varicela o encefalitis japonesa).
- Evitar picaduras de mosquitos y mantener buenas medidas de higiene.
- Tratar a tiempo las infecciones virales o bacterianas.
