Infección por VIH/SIDA: Qué es, cómo se transmite y cómo se trata

El VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana) es un virus que ataca el sistema inmunológico, debilitando las defensas del cuerpo y dejándolo vulnerable a infecciones y enfermedades. Si no se trata, con el tiempo puede avanzar hasta convertirse en SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), la etapa más grave de la infección.
El virus destruye progresivamente los linfocitos CD4, un tipo de glóbulos blancos esenciales para combatir infecciones. Cuando la cantidad de CD4 cae por debajo de cierto nivel o aparecen infecciones oportunistas, se considera que la persona ha desarrollado SIDA.
Formas de transmisión del VIH:
- Relaciones sexuales sin protección con una persona que vive con VIH.
- Compartir agujas o jeringas contaminadas.
- Transfusiones de sangre no seguras (aunque esto es muy raro actualmente gracias a los controles).
- De madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia.
- Exposición laboral en entornos de salud (por pinchazos con agujas, por ejemplo).
El VIH no se transmite por abrazos, besos, caricias, compartir utensilios, usar el mismo baño, ni por picaduras de insectos.
Síntomas del VIH:
En las primeras semanas tras la infección, algunas personas presentan síntomas similares a los de una gripe: fiebre, fatiga, dolor de garganta, sarpullido. Después, el virus puede permanecer latente durante años sin síntomas evidentes, mientras sigue dañando el sistema inmunológico.
Cuando el VIH progresa a SIDA, aparecen infecciones graves, pérdida de peso rápida, sudores nocturnos, fatiga extrema, infecciones respiratorias y trastornos neurológicos, entre otros.
Diagnóstico:
El VIH se detecta mediante análisis de sangre o pruebas rápidas. Estas pruebas buscan la presencia del virus o los anticuerpos que el cuerpo produce contra él. Es importante hacerse la prueba si se ha estado en una situación de riesgo, ya que un diagnóstico temprano permite iniciar tratamiento y prevenir complicaciones.
Tratamiento:
Aunque el VIH no tiene cura, existen tratamientos muy eficaces llamados antirretrovirales (ARV) que permiten controlar el virus. Estas medicinas detienen su reproducción, protegen el sistema inmunológico y permiten que la persona viva una vida larga, activa y saludable.
Una persona con VIH en tratamiento puede reducir la carga viral hasta hacerla indetectable, lo que significa que no transmite el virus por vía sexual (principio conocido como “Indetectable = Intransmisible”).
Prevención:
- Uso correcto del preservativo en todas las relaciones sexuales.
- Pruebas regulares de VIH, especialmente si se tienen múltiples parejas sexuales.
- No compartir objetos punzantes.
- Tratamiento preventivo como PrEP (profilaxis preexposición) para personas con alto riesgo.
- Tratamiento inmediato en caso de exposición de riesgo (PEP, profilaxis posexposición).
El VIH ya no es una sentencia de muerte, pero sigue siendo una enfermedad seria que requiere control médico, adherencia al tratamiento y conciencia. Con diagnóstico temprano y atención adecuada, las personas que viven con VIH pueden tener una esperanza de vida comparable a la de alguien sin el virus.