Deficiencia de vitamina D: causas, síntomas y consecuencias

La vitamina D es una sustancia esencial para mantener la salud de los huesos, el sistema inmune, los músculos y muchos procesos metabólicos del cuerpo. Una deficiencia ocurre cuando los niveles en sangre son bajos, lo que puede generar alteraciones leves o incluso enfermedades graves si no se trata a tiempo.
¿Por qué es importante la vitamina D?
- Favorece la absorción del calcio en el intestino
- Contribuye a la formación y mantenimiento de los huesos
- Participa en la modulación del sistema inmunológico
- Ayuda a la función muscular y neurológica
Causas frecuentes de deficiencia
- Falta de exposición al sol: la vitamina D se produce en la piel con la luz solar (UVB).
- Uso excesivo de bloqueador solar o ropa que cubre todo el cuerpo.
- Piel muy oscura, ya que produce menos vitamina D con el sol.
- Edad avanzada: la piel pierde capacidad de sintetizar vitamina D.
- Dieta pobre en vitamina D: especialmente si no se consumen pescados grasos, huevos, lácteos fortificados, etc.
- Trastornos digestivos: como enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria intestinal o cirugía bariátrica, que afectan la absorción.
- Obesidad: la vitamina D queda retenida en el tejido graso.
- Problemas renales o hepáticos: que impiden la activación de la vitamina D.
Síntomas de deficiencia
- Cansancio constante
- Dolor muscular o debilidad
- Dolores óseos (especialmente en piernas, caderas o columna)
- Infecciones frecuentes
- Depresión o cambios de ánimo
- Caída del cabello
- En casos graves: raquitismo en niños o osteomalacia/osteoporosis en adultos
¿Cómo se diagnostica?
Mediante un análisis de sangre que mide la concentración de 25-hidroxivitamina D (25(OH)D).
Los niveles de referencia suelen ser:
- Normales: 30-50 ng/mL
- Insuficiencia: 20-29 ng/mL
- Deficiencia: menos de 20 ng/mL
- Deficiencia severa: menos de 10 ng/mL
Tratamiento
- Suplementos orales de vitamina D3 (colecalciferol) o D2 (ergocalciferol), en dosis según la gravedad del déficit.
- En algunos casos, se recetan dosis altas semanales o mensuales hasta normalizar los niveles.
- Exposición solar controlada: 10 a 20 minutos al día en brazos y piernas sin bloqueador.
- Mejorar la dieta: incluyendo alimentos ricos o fortificados con vitamina D.
Consecuencias si no se trata
- En niños: raquitismo, crecimiento deficiente, deformidades óseas
- En adultos: osteomalacia, debilidad muscular, fracturas frecuentes
- Aumento del riesgo de:
- Infecciones respiratorias
- Enfermedades autoinmunes (como esclerosis múltiple o artritis)
- Diabetes tipo 2
- Depresión
- Hipertensión y problemas cardiovasculares
Prevención
- Tener una exposición moderada y regular al sol
- Mantener una dieta equilibrada
- Consultar al médico antes de tomar suplementos, ya que el exceso de vitamina D también puede causar problemas (hipercalcemia)