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La sarcoidosis es una enfermedad inflamatoria multisistémica de causa desconocida que se caracteriza por la formación de granulomas no caseificantes (acúmulos anormales de células inflamatorias) en diversos órganos del cuerpo. Aunque puede afectar casi cualquier órgano, los pulmones y los ganglios linfáticos son los más comúnmente comprometidos.

Causas y factores de riesgo:

La causa exacta de la sarcoidosis aún no se ha identificado. Se cree que es el resultado de una respuesta inmunológica anormal a algún agente ambiental o infeccioso en personas con predisposición genética.

• Afecta principalmente a adultos jóvenes entre 20 y 40 años.

• Es más común en mujeres.

• Tiene mayor prevalencia en personas de ascendencia africana o escandinava.

Órganos más afectados:

1. Pulmones (más del 90 % de los casos)

2. Ganglios linfáticos

3. Piel

4. Ojos

5. Hígado y bazo

6. Corazón y sistema nervioso (en casos menos frecuentes)

Síntomas:

Dependen de los órganos afectados, pero los más comunes incluyen:

• Tos persistente

• Dificultad para respirar (disnea)

• Dolor torácico

• Fiebre, fatiga y pérdida de peso

• Lesiones en la piel (nódulos o sarpullido)

• Inflamación ocular (uveítis)

• Artritis o dolor articular

• Afección cardíaca o neurológica (en casos graves)

Diagnóstico:

El diagnóstico de sarcoidosis se basa en una combinación de hallazgos clínicos, radiológicos, histológicos y de exclusión de otras enfermedades:

• Radiografía o tomografía de tórax (suelen mostrar adenopatías hiliares bilaterales y lesiones pulmonares)

• Biopsia del tejido afectado que muestre granulomas no caseificantes

• Pruebas de función pulmonar

• Análisis de sangre (puede haber aumento de enzima convertidora de angiotensina)

• Resonancia magnética o PET en casos complejos

Tratamiento:

No todos los pacientes requieren tratamiento, ya que la sarcoidosis puede remitir espontáneamente. En casos sintomáticos o con compromiso orgánico importante, se indican:

Corticoides (prednisona): tratamiento principal

Inmunosupresores (metotrexato, azatioprina) en casos resistentes

Tratamiento sintomático para afecciones específicas (ojos, piel, corazón)

• Seguimiento a largo plazo con pruebas de imagen y de función orgánica

Pronóstico:

• En muchos casos, la enfermedad se resuelve espontáneamente en 1 a 3 años.

• En otros, puede volverse crónica o progresiva, especialmente con afectación pulmonar o cardíaca.

• El pronóstico es generalmente bueno si se detecta y trata a tiempo.

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