Osteomielitis: explicación completa
La osteomielitis es una infección del hueso causada generalmente por bacterias, aunque en algunos casos también pueden intervenir hongos. Es una enfermedad que puede presentarse de forma aguda (aparece repentinamente y progresa rápido) o crónica (dura meses o años, con brotes intermitentes). Puede afectar a personas de cualquier edad, pero los niños y los adultos mayores son los más vulnerables.
El microorganismo más frecuente responsable de esta infección es el Staphylococcus aureus, una bacteria que normalmente vive en la piel y las mucosas, pero que puede volverse patógena si entra en el torrente sanguíneo o en los tejidos profundos. En algunos casos, también pueden causar osteomielitis bacterias como Pseudomonas aeruginosa, Escherichia coli o Streptococcus spp.
Causas y vías de infección
La infección puede alcanzar el hueso de tres formas principales:
- Por vía hematógena: las bacterias llegan al hueso a través del torrente sanguíneo desde otra parte del cuerpo donde existe una infección (por ejemplo, una infección urinaria o pulmonar). Es la forma más común en niños.
- Por extensión directa: cuando una infección cercana, como una úlcera o una herida profunda, se extiende hasta el hueso.
- Por inoculación directa: ocurre tras una cirugía ósea, una fractura abierta o una inyección contaminada.
Síntomas
Los signos y síntomas dependen de la edad del paciente y de la localización del hueso afectado, pero los más frecuentes son:
- Dolor intenso en el área del hueso infectado.
- Inflamación, enrojecimiento y calor local.
- Fiebre y escalofríos.
- Fatiga y malestar general.
- Dificultad para mover la extremidad afectada.
En casos crónicos, pueden formarse fístulas (pequeños canales que drenan pus al exterior).
Diagnóstico
El diagnóstico requiere una combinación de:
- Exploración física, para detectar inflamación y dolor local.
- Pruebas de laboratorio, como el conteo de glóbulos blancos y la velocidad de sedimentación globular (VSG), que suelen estar elevadas.
- Hemocultivos, para identificar la bacteria responsable.
- Estudios de imagen, como radiografías, resonancia magnética o tomografía computarizada, que ayudan a observar el daño óseo.
- Biopsia ósea, que permite confirmar la infección y determinar el microorganismo exacto.
Tratamiento
El tratamiento debe iniciarse lo antes posible para evitar daño permanente al hueso. Incluye:
- Antibióticos, administrados por vía intravenosa y luego por vía oral, durante varias semanas.
- Cirugía, en casos graves o crónicos, para eliminar tejido óseo infectado o necrosado.
- Drenaje del absceso, si hay acumulación de pus.
- Inmovilización del hueso, para favorecer la curación.
En casos crónicos, puede requerirse tratamiento prolongado y seguimiento constante para evitar recaídas.
Complicaciones
Si no se trata adecuadamente, la osteomielitis puede causar:
- Destrucción del hueso y deformidades.
- Fracturas patológicas.
- Diseminación de la infección a la sangre (sepsis).
- Dolor crónico.
- En niños, alteración en el crecimiento del hueso afectado.
Prevención
La prevención incluye una correcta higiene de heridas, atención médica temprana ante infecciones, y cuidado riguroso en cirugías o fracturas abiertas. En personas con enfermedades crónicas (como diabetes o insuficiencia vascular), es fundamental controlar adecuadamente la enfermedad base para reducir el riesgo.
En resumen, la osteomielitis es una infección ósea seria que requiere atención médica inmediata. Su pronóstico mejora notablemente con un diagnóstico temprano y un tratamiento antibiótico adecuado, evitando así secuelas permanentes o la pérdida funcional del hueso afectado.
