Tricotilomanía: el impulso irresistible de arrancarse el cabello

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La tricotilomanía es un trastorno del control de los impulsos que se caracteriza por la necesidad recurrente e incontrolable de arrancarse el propio cabello, lo que conduce a una pérdida notable del mismo. Este comportamiento no se limita únicamente al cuero cabelludo; también puede afectar las cejas, pestañas, vello púbico, barba o cualquier otra zona con vello corporal. A menudo, quienes padecen este trastorno sienten un aumento de tensión o ansiedad antes de arrancarse el cabello y alivio o placer tras hacerlo, aunque luego pueden experimentar culpa o vergüenza.

La tricotilomanía suele aparecer durante la infancia o adolescencia, con mayor frecuencia en mujeres, y puede estar relacionada con factores genéticos, psicológicos o ambientales. El estrés, la ansiedad, el aburrimiento o situaciones emocionales intensas pueden actuar como detonantes del impulso. Muchas personas realizan el acto de manera automática e inconsciente, mientras que otras lo hacen de forma consciente y planificada.

Las consecuencias no son solo estéticas; también puede provocar lesiones cutáneas, infecciones, baja autoestima, aislamiento social y problemas emocionales. En casos graves, las personas pueden incluso ingerir el cabello arrancado (tricofagia), lo que puede generar complicaciones gastrointestinales.

El diagnóstico se realiza a través de una evaluación clínica y psicológica, basada en los criterios del DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales). Para diferenciar la tricotilomanía de otros problemas dermatológicos, a veces se requieren estudios médicos complementarios.

El tratamiento suele ser multidisciplinario. La terapia cognitivo-conductual (TCC), especialmente la técnica de inversión del hábito, es la más efectiva, ya que ayuda a identificar los desencadenantes y a reemplazar la conducta compulsiva por acciones alternativas. En algunos casos, se pueden prescribir medicamentos ansiolíticos o antidepresivos, sobre todo si coexisten otros trastornos como ansiedad o depresión.

Aunque la tricotilomanía puede ser un trastorno crónico, con apoyo psicológico adecuado y estrategias de manejo emocional, muchas personas logran reducir significativamente los episodios o incluso superarlos por completo. La comprensión y el acompañamiento del entorno también son fundamentales para el proceso de recuperación.

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