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La polimiositis es una enfermedad inflamatoria crónica poco frecuente que pertenece al grupo de las miopatías inflamatorias idiopáticas. Se caracteriza por una inflamación del músculo esquelético que ocasiona debilidad muscular progresiva y simétrica, principalmente en los músculos proximales (los más cercanos al tronco, como hombros, caderas y muslos).

Causas y factores asociados

La causa exacta no se conoce, pero se considera una enfermedad autoinmune. El sistema inmunológico ataca las fibras musculares, produciendo inflamación y destrucción. Puede estar relacionada con:

  • Factores genéticos y predisposición familiar.
  • Infecciones virales que actúan como desencadenantes.
  • Asociaciones con otras enfermedades autoinmunes (como lupus o esclerodermia).
  • Mayor incidencia en mujeres y en personas entre 30 y 60 años.

Manifestaciones clínicas

  • Debilidad muscular progresiva: dificultad para levantar los brazos, subir escaleras, levantarse de una silla o cargar objetos.
  • Dolor o sensibilidad muscular (menos común que la debilidad).
  • Fatiga generalizada.
  • Dificultad para deglutir (disfagia) en casos avanzados, por afectación de músculos faríngeos.
  • Compromiso pulmonar: puede presentarse enfermedad pulmonar intersticial.
  • En algunos casos, se asocia con mayor riesgo de cáncer (paraneoplásica).

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en una combinación de criterios clínicos, de laboratorio e imagen:

  • Historia clínica y exploración física (debilidad proximal).
  • Análisis de sangre: elevación de enzimas musculares como CPK (creatinfosfoquinasa).
  • Pruebas inmunológicas: presencia de autoanticuerpos específicos (anti-Jo-1, anti-Mi-2, entre otros).
  • Electromiografía: muestra actividad eléctrica anormal en músculos afectados.
  • Resonancia magnética: detecta inflamación muscular.
  • Biopsia muscular: confirma la inflamación y daño de fibras musculares.

Tratamiento

  • Corticoides (prednisona) como primera línea, para reducir la inflamación.
  • Inmunosupresores (azatioprina, metotrexato, micofenolato, ciclofosfamida) si los corticoides no son suficientes o para disminuir sus efectos secundarios.
  • Fármacos biológicos en casos resistentes (como rituximab).
  • Rehabilitación y fisioterapia para mantener la fuerza y movilidad.
  • Tratamiento de complicaciones asociadas (pulmonares, cardíacas o neoplásicas).

Pronóstico

Con tratamiento adecuado, muchos pacientes logran controlar la enfermedad y mantener una buena calidad de vida. Sin embargo, la polimiositis puede ser crónica y recurrente, con períodos de remisión y exacerbación. La detección temprana es fundamental para evitar complicaciones severas, como pérdida significativa de la movilidad o daño pulmonar.

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