Esquizofrenia: resumen informativo

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La esquizofrenia es un trastorno mental crónico y grave que afecta la forma en que una persona piensa, siente y se comporta. Las personas con esquizofrenia pueden parecer que han perdido el contacto con la realidad, lo que puede resultar angustiante tanto para ellas como para quienes las rodean. Aunque no tiene cura, puede tratarse y controlarse con medicamentos, apoyo psicológico y social.

Características principales

La esquizofrenia suele comenzar entre los 16 y 30 años, y sus síntomas se agrupan en tres categorías:

1. 

Síntomas positivos

 (exceso de funciones normales)

  • Alucinaciones: ver, oír o sentir cosas que no existen (las auditivas son las más comunes).
  • Delirios: creencias falsas, como pensar que alguien lo persigue o que tiene poderes especiales.
  • Pensamiento desorganizado: dificultad para organizar ideas o mantener una conversación coherente.
  • Comportamiento motor desorganizado: desde agitación hasta inmovilidad.

2. 

Síntomas negativos

 (pérdida de funciones normales)

  • Aplanamiento afectivo: falta de expresión emocional.
  • Anhedonia: incapacidad para sentir placer.
  • Aislamiento social y falta de motivación.
  • Disminución en la comunicación verbal y no verbal.

3. 

Síntomas cognitivos

  • Dificultad para concentrarse o recordar.
  • Problemas para tomar decisiones.
  • Desorganización mental leve (más difícil de notar que otros síntomas).

Causas y factores de riesgo

La esquizofrenia tiene un origen multifactorial:

  • Genética: riesgo más alto si hay familiares con el trastorno.
  • Neurobiología: alteraciones en neurotransmisores como la dopamina y la glutamato.
  • Factores prenatales: infecciones, desnutrición o complicaciones durante el embarazo.
  • Ambiente y estrés: consumo de drogas, experiencias traumáticas o situaciones estresantes pueden desencadenarla en personas vulnerables.

Diagnóstico

El diagnóstico lo realiza un psiquiatra, con base en:

  • Evaluación de síntomas presentes por al menos 6 meses.
  • Entrevistas clínicas y familiares.
  • Exclusión de otras causas (trastornos médicos o consumo de sustancias).

Tratamiento

Aunque la esquizofrenia es una enfermedad crónica, muchos pacientes pueden llevar una vida funcional con tratamiento adecuado:

  • Medicamentos antipsicóticos: ayudan a reducir alucinaciones y delirios.
  • Terapia psicológica: terapia cognitivo-conductual, psicoeducación, y apoyo familiar.
  • Rehabilitación psicosocial: para mejorar habilidades sociales y reinserción laboral o educativa.
  • Apoyo familiar y comunitario: esencial para la recuperación y la adherencia al tratamiento.

Pronóstico

  • Con tratamiento continuo, muchos pacientes mejoran significativamente.
  • Las recaídas son frecuentes si se suspende la medicación.
  • Es fundamental evitar el estigma, ya que puede dificultar el acceso a la atención y el apoyo.

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