Dengue: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

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El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura de mosquitos del género Aedes, principalmente Aedes aegypti y en menor medida Aedes albopictus. Se trata de uno de los principales problemas de salud pública en regiones tropicales y subtropicales del mundo, especialmente en América Latina, el sudeste asiático y África. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se registran alrededor de 100 a 400 millones de infecciones por dengue en el mundo.

Causas y transmisión

El dengue es causado por el virus del dengue (DENV), perteneciente al género Flavivirus y la familia Flaviviridae. Existen cuatro serotipos diferentes del virus: DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4. La infección por un serotipo genera inmunidad de por vida contra ese tipo, pero no contra los otros, lo que significa que una persona puede infectarse hasta cuatro veces.

La transmisión ocurre cuando un mosquito Aedes hembra pica a una persona infectada y luego transmite el virus al picar a otra persona. El mosquito se cría en depósitos de agua limpia y estancada, como floreros, cubetas o llantas.

Síntomas del dengue

El periodo de incubación del dengue varía entre 4 y 10 días después de la picadura del mosquito infectado. La enfermedad puede manifestarse en tres formas principales:

  1. Dengue clásico o leve:
    • Fiebre alta súbita (39-40 °C).
    • Dolor de cabeza intenso.
    • Dolor retroocular (detrás de los ojos).
    • Dolores musculares y articulares severos (a veces llamado “fiebre rompehuesos”).
    • Náuseas y vómitos.
    • Erupciones cutáneas similares al sarampión.
    • Fatiga y debilidad general.
  2. Dengue con signos de alarma:
    • Dolor abdominal intenso y persistente.
    • Vómitos continuos.
    • Sangrado en encías o nariz.
    • Presencia de sangre en el vómito o las heces.
    • Irritabilidad o somnolencia excesiva.
    • Aumento repentino del hematocrito con disminución de plaquetas.
  3. Dengue grave (anteriormente conocido como dengue hemorrágico o síndrome de choque por dengue):
    • Fuga de plasma sanguíneo que causa shock (descenso crítico de la presión arterial).
    • Daño a órganos vitales.
    • Hemorragias graves internas y externas.
    • Puede ser mortal si no se trata a tiempo.

Diagnóstico

El diagnóstico del dengue se basa en la evaluación clínica y en pruebas de laboratorio:

  • Pruebas serológicas (ELISA): Detectan anticuerpos IgM e IgG específicos contra el virus.
  • Pruebas moleculares (RT-PCR): Identifican el material genético viral y el serotipo.
  • Detección del antígeno NS1: Permite un diagnóstico temprano en los primeros días de la infección.
  • Hemogramas: suelen mostrar leucopenia (bajo número de glóbulos blancos) y trombocitopenia (plaquetas bajas).

Tratamiento y manejo

Actualmente no existe un tratamiento antiviral específico para el dengue. El manejo se centra en el tratamiento sintomático y de soporte, el cual incluye:

  • Reposo absoluto y buena hidratación para prevenir la deshidratación.
  • Uso de paracetamol para reducir la fiebre y el dolor (evitar aspirina e ibuprofeno, que pueden aumentar el riesgo de sangrado).
  • Vigilancia médica estrecha en casos con signos de alarma o dengue grave.
  • Hospitalización y terapia intensiva en casos de choque o hemorragia severa.

Prevención y control

La prevención del dengue depende principalmente del control del mosquito vector y de evitar las picaduras:

  • Eliminar o cubrir recipientes que acumulen agua estancada.
  • Cambiar frecuentemente el agua de floreros y bebederos de animales.
  • Colocar mosquiteros y usar repelentes.
  • Instalar mallas en puertas y ventanas.
  • Fumigaciones en zonas con brotes.

En algunos países se encuentra disponible la vacuna Dengvaxia, recomendada para personas de 9 a 45 años que ya hayan tenido una infección previa por dengue. Sin embargo, su uso es limitado debido a riesgos potenciales en individuos sin exposición previa.

Pronóstico y complicaciones

La mayoría de los pacientes con dengue leve se recuperan en una a dos semanas, pero las formas graves pueden ser mortales si no se tratan oportunamente. Las complicaciones más comunes incluyen hemorragias internas, daño hepático, shock y fallo multiorgánico.

En resumen, el dengue sigue siendo una amenaza global significativa que requiere estrategias preventivas sostenidas, educación comunitaria y vigilancia epidemiológica. Aunque no existe una cura definitiva, el diagnóstico temprano, el tratamiento adecuado y la prevención mediante el control del mosquito pueden reducir drásticamente la morbilidad y mortalidad asociadas con esta enfermedad.

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