Trastorno de acaparamiento: causas, síntomas y tratamiento

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El trastorno de acaparamiento (TA) es un trastorno mental caracterizado por la dificultad persistente para desechar o separarse de posesiones, independientemente de su valor real, debido a una necesidad percibida de conservarlas y al malestar significativo que provoca la idea de deshacerse de ellas. Esta acumulación excesiva conduce a menudo a un desorden severo en el hogar u otros espacios vitales, interfiriendo con el uso normal de dichas áreas y afectando la vida social, laboral y emocional de la persona.

Este trastorno fue reconocido de forma independiente en el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) en 2013, separado del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), aunque comparte algunos rasgos con él. A diferencia de la acumulación ocasional o desordenada que muchas personas pueden experimentar, el trastorno de acaparamiento implica un patrón crónico, intenso y debilitante.

Características principales

  • Dificultad extrema para desechar objetos: incluso aquellos que carecen de valor o están rotos.
  • Fuerte apego emocional a las posesiones: las personas suelen sentir que cada objeto tiene un significado especial o podría ser útil en el futuro.
  • Ansiedad o angustia al intentar deshacerse de algo: la idea de tirar objetos puede generar un malestar intenso.
  • Acumulación que bloquea espacios funcionales: habitaciones llenas de objetos, pasillos obstruidos o muebles inutilizables.
  • Alteración en la vida diaria: conflictos familiares, aislamiento social y problemas de salud o seguridad derivados del desorden.

Síntomas comunes

  • Colección excesiva de objetos aparentemente inútiles (revistas viejas, envases vacíos, ropa dañada, etc.).
  • Dificultad para organizar pertenencias.
  • Justificación constante para conservar cosas (“podría necesitarlo algún día”).
  • Sentimientos de vergüenza o culpa por el estado del hogar, lo que lleva al aislamiento social.
  • En casos graves, condiciones insalubres, infestaciones o riesgo de incendio.

Causas y factores de riesgo

El origen exacto del trastorno de acaparamiento no está completamente claro, pero se cree que resulta de una combinación de factores:

  • Genéticos: antecedentes familiares aumentan el riesgo.
  • Neurobiológicos: diferencias en áreas cerebrales relacionadas con la toma de decisiones y el procesamiento emocional.
  • Psicológicos: experiencias traumáticas, pérdidas importantes o estilos de apego inseguros.
  • Ambientales: aprendizaje de conductas de acumulación en la infancia o falta de habilidades de organización.

El trastorno suele comenzar en la adolescencia, aunque se vuelve más evidente en la adultez media o avanzada. Con frecuencia se asocia con otros trastornos, como depresión, ansiedad, TOC o TDAH.

Diagnóstico

El diagnóstico lo realiza un profesional de la salud mental mediante entrevistas clínicas y criterios del DSM-5, que incluyen la presencia persistente del comportamiento de acumulación, el deterioro significativo en el funcionamiento diario y la exclusión de otras causas médicas o mentales.

Tratamiento

Aunque muchas personas con este trastorno no reconocen la gravedad del problema o evitan buscar ayuda, existen tratamientos eficaces:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): es el enfoque más utilizado. Ayuda a modificar creencias irracionales sobre la posesión de objetos, a mejorar habilidades de organización y a reducir la ansiedad asociada con el descarte.
  • Terapia de exposición gradual: consiste en enfrentar progresivamente la ansiedad relacionada con tirar objetos.
  • Intervenciones familiares: ayudan a mejorar la comunicación y el apoyo en el proceso terapéutico.
  • Medicamentos: en algunos casos, los antidepresivos (particularmente ISRS) pueden ser útiles, sobre todo si hay trastornos coexistentes.

Impacto en la vida cotidiana

El trastorno de acaparamiento puede tener consecuencias graves. Las condiciones insalubres aumentan el riesgo de infecciones o accidentes, el aislamiento social se intensifica por la vergüenza de recibir visitas, y los conflictos familiares son frecuentes. En casos extremos, pueden intervenir autoridades sanitarias o legales.

Conclusión

El trastorno de acaparamiento es mucho más que un hábito desordenado: es una condición compleja que interfiere de forma significativa en la vida de quien lo padece. Con diagnóstico adecuado, tratamiento psicológico especializado y apoyo social, muchas personas logran mejorar su calidad de vida, recuperar el control sobre sus espacios y establecer una relación más saludable con sus posesiones.

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