IMG_6880
Spread the love

La necrosis avascular (también llamada osteonecrosis o necrosis isquémica del hueso) es una enfermedad en la que se produce la muerte del tejido óseo debido a la falta de irrigación sanguínea. El hueso es un tejido vivo que necesita un aporte constante de sangre para mantenerse sano; cuando este suministro se interrumpe parcial o totalmente, el tejido muere, se debilita y puede colapsar. Con el tiempo, la superficie articular también se daña, lo que provoca dolor e incapacidad funcional.

Causas principales

  1. Traumáticas:
    • Fracturas o luxaciones que dañan los vasos sanguíneos que nutren el hueso.
    • Común en la cadera tras fracturas de cuello femoral.
  2. No traumáticas:
    • Uso prolongado de corticosteroides.
    • Consumo excesivo de alcohol.
    • Enfermedades como anemia de células falciformes, lupus eritematoso sistémico o VIH.
    • Tratamientos como radioterapia o quimioterapia.
    • Causas idiopáticas (sin origen identificado).

Localizaciones más frecuentes

  • Cadera (cabeza del fémur): la más común.
  • Rodilla.
  • Hombro.
  • Tobillo.
  • Mandíbula (particularmente asociada al uso de bifosfonatos).

Síntomas

En fases tempranas puede no haber molestias. Conforme avanza la necrosis:

  • Dolor articular progresivo (al inicio con el movimiento y después incluso en reposo).
  • Limitación de la movilidad.
  • Rigidez.
  • Cojera cuando afecta a miembros inferiores.
  • Inflamación leve en la articulación.

Progresión de la enfermedad

  • Etapas iniciales: el hueso aún no presenta colapso, los cambios se ven solo en estudios de imagen como resonancia magnética.
  • Etapas avanzadas: el hueso se aplasta, la articulación se deforma y aparece artritis secundaria.

Diagnóstico

  • Resonancia magnética (RM): es el método más sensible para detectar necrosis en fases tempranas.
  • Radiografías: útiles en etapas avanzadas, muestran colapso y deformidad.
  • Tomografía computarizada (TC): evalúa con detalle el grado de daño óseo.
  • Gammagrafía ósea: detecta alteraciones en la circulación del hueso.

Tratamiento

El manejo depende de la etapa de la enfermedad, la edad del paciente y la articulación afectada:

  1. Conservador (etapas tempranas):
    • Reposo y reducción de la carga sobre la articulación.
    • Analgésicos y antiinflamatorios.
    • Uso de muletas o bastón.
    • Medicamentos en estudio: bifosfonatos, estatinas, anticoagulantes.
  2. Quirúrgico:
    • Descompresión del núcleo: perforaciones en el hueso para reducir presión interna y estimular la formación de nuevos vasos.
    • Injertos óseos: trasplante de tejido sano para mejorar la estructura y circulación.
    • Osteotomía: realineación del hueso para disminuir el peso sobre la zona dañada.
    • Prótesis articular: en casos avanzados con destrucción de la articulación, se reemplaza con una prótesis total de cadera, rodilla u hombro.

Pronóstico

  • Si se detecta a tiempo, el tratamiento puede retrasar o evitar la progresión.
  • En fases avanzadas, la necrosis avascular suele terminar en artrosis severa y requiere cirugía.
  • Factores como el consumo de alcohol, el uso de corticoides y ciertas enfermedades crónicas aumentan el riesgo de recurrencia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *