Leucemia mieloide aguda (LMA): información general

La leucemia mieloide aguda (LMA) es un tipo de cáncer que afecta a la sangre y la médula ósea. Se caracteriza por la producción rápida y descontrolada de células mieloides anormales, que impiden el desarrollo normal de glóbulos blancos, rojos y plaquetas.
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1. ¿Qué es exactamente la LMA?
Es una forma de leucemia aguda, lo que significa que progresa rápidamente. Afecta a las células precursoras mieloides, que normalmente se convierten en:
• Glóbulos rojos (transportan oxígeno)
• Glóbulos blancos (combaten infecciones)
• Plaquetas (ayudan a coagular la sangre)
En la LMA, estas células se vuelven cancerosas y se multiplican sin control, reemplazando a las células sanas de la médula ósea.
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2. Síntomas comunes
La aparición suele ser repentina y los síntomas pueden incluir:
• Fatiga extrema
• Palidez
• Fiebre frecuente o infecciones
• Hematomas o sangrados fáciles
• Dolor óseo o articular
• Pérdida de peso inexplicable
• Dificultad para respirar
• Ganglios linfáticos inflamados
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3. Causas y factores de riesgo
Aunque en muchos casos no hay una causa clara, algunos factores de riesgo son:
• Exposición previa a quimioterapia o radioterapia
• Exposición a químicos como el benceno
• Trastornos sanguíneos previos (como síndrome mielodisplásico)
• Mutaciones genéticas (como FLT3, NPM1, CEBPA)
• Edad avanzada (es más común en personas mayores de 60 años)
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4. Diagnóstico
El diagnóstico suele incluir:
• Análisis de sangre (para ver los niveles de glóbulos blancos, rojos y plaquetas)
• Aspirado y biopsia de médula ósea
• Estudios citogenéticos y moleculares (para identificar mutaciones)
• Punción lumbar (en casos específicos)
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5. Clasificación
La LMA se clasifica en subtipos según la Organización Mundial de la Salud (OMS), basándose en factores genéticos y morfológicos, y también puede dividirse usando el sistema FAB (del M0 al M7, según el tipo de célula afectada).
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6. Tratamiento
El tratamiento se basa en la edad, estado general de salud y características genéticas de la enfermedad:
Fase de inducción:
• Quimioterapia intensiva para eliminar la mayor cantidad de células leucémicas.
Fase de consolidación:
• Más quimioterapia o trasplante de médula ósea si se considera necesario.
Terapias dirigidas:
• Medicamentos como midostaurina o gilteritinib en pacientes con ciertas mutaciones.
Tratamiento de soporte:
• Transfusiones, antibióticos, factores de crecimiento.
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7. Pronóstico
Depende de varios factores:
• Edad
• Estado general de salud
• Mutaciones genéticas presentes
• Respuesta al tratamiento
En pacientes jóvenes con buen estado general y sin mutaciones de mal pronóstico, la posibilidad de curación puede ser significativa.
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8. Seguimiento
Después del tratamiento, se realizan revisiones periódicas para:
• Detectar recaídas
• Evaluar efectos secundarios a largo plazo
• Monitorear la recuperación de la médula ósea