Síndrome de Guillain-Barré

El síndrome de Guillain-Barré (SGB) es un trastorno neurológico poco frecuente en el que el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error los nervios periféricos. Es una enfermedad autoinmune que puede afectar tanto a niños como a adultos, y suele aparecer días o semanas después de una infección viral o bacteriana.
En la mayoría de los casos, el síndrome se manifiesta de manera súbita con debilidad muscular progresiva y alteraciones en la sensibilidad. Generalmente comienza en las piernas y asciende hacia los brazos y el tronco. En casos graves, puede comprometer los músculos respiratorios, lo que requiere hospitalización y soporte ventilatorio.
El Guillain-Barré no es hereditario ni contagioso. Entre las infecciones más comunes que pueden preceder al síndrome están las causadas por Campylobacter jejuni (una bacteria gastrointestinal), el virus de Epstein-Barr, citomegalovirus, y en algunos casos, el virus del Zika o el SARS-CoV-2.
Existen varias variantes clínicas del síndrome. La forma más común es la polirradiculoneuropatía desmielinizante inflamatoria aguda (PDIA), que implica la destrucción de la mielina, la capa que recubre los nervios. Otras variantes incluyen formas axonales, que afectan directamente la estructura del nervio.
El diagnóstico se basa en la historia clínica, el examen físico, y se confirma con estudios complementarios como la punción lumbar (donde se encuentra un aumento de proteínas en el líquido cefalorraquídeo sin aumento de células) y los estudios de conducción nerviosa o electromiografía, que muestran daño a los nervios.
El tratamiento incluye medidas de soporte y terapias específicas como la inmunoglobulina intravenosa (IGIV) o la plasmaféresis (intercambio de plasma), que ayudan a reducir el ataque del sistema inmune sobre los nervios. Los corticoides no son eficaces en el tratamiento del SGB.
El pronóstico varía. La mayoría de las personas se recupera completamente, aunque la recuperación puede tardar semanas o meses. Algunos pacientes presentan secuelas leves, como debilidad persistente, y en raros casos, el síndrome puede ser mortal si no se trata adecuadamente.
Los signos de alarma que requieren atención médica urgente incluyen dificultad para respirar, debilidad progresiva, alteración de la marcha, dificultad para tragar o hablar, y alteraciones en la frecuencia cardíaca o presión arterial.
La fisioterapia es fundamental en la etapa de recuperación para mejorar la movilidad, la fuerza y la independencia funcional. El apoyo psicológico también puede ser necesario, ya que la enfermedad suele ser repentina y debilitante.
El Guillain-Barré es una urgencia neurológica. La detección y tratamiento tempranos pueden reducir las complicaciones y mejorar significativamente el pronóstico del paciente.