Trastorno bipolar: entender el desorden emocional que oscila entre extremos

El trastorno bipolar es una condición de salud mental que afecta el estado de ánimo, la energía y la capacidad para funcionar de una persona. Se caracteriza por cambios emocionales intensos y extremos que van desde episodios de manía o hipomanía (euforia, impulsividad) hasta depresión profunda (tristeza, apatía, desesperanza).
Tipos de trastorno bipolar
- Bipolar tipo I:
Implica al menos un episodio maníaco severo que puede requerir hospitalización. Puede o no ir acompañado de episodios depresivos. - Bipolar tipo II:
Se caracteriza por episodios depresivos graves y al menos un episodio de hipomanía (una forma más leve de manía). - Ciclotimia:
Fluctuaciones más leves de estado de ánimo que duran al menos dos años, con síntomas hipomaníacos y depresivos que no cumplen criterios clínicos completos.
Síntomas comunes
Durante la manía o hipomanía:
- Energía excesiva
- Disminución de la necesidad de dormir
- Habla acelerada
- Ideas grandiosas
- Conductas impulsivas o riesgosas
Durante la depresión:
- Tristeza intensa o vacío
- Pérdida de interés en actividades
- Fatiga constante
- Cambios en el apetito o el sueño
- Pensamientos suicidas
Causas y factores de riesgo
No se conoce una causa exacta, pero influyen factores como:
- Genética (antecedentes familiares)
- Alteraciones químicas en el cerebro (neurotransmisores)
- Estrés o traumas importantes
- Consumo de sustancias
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico debe ser realizado por un profesional de la salud mental, usualmente a través de entrevistas clínicas, historial médico y observación de síntomas a lo largo del tiempo.
Tratamientos comunes incluyen:
- Medicamentos estabilizadores del ánimo (como litio)
- Antidepresivos o antipsicóticos, si se requieren
- Psicoterapia (especialmente terapia cognitivo-conductual)
- Apoyo familiar y psicoeducación
Vivir con trastorno bipolar
Con el tratamiento adecuado y apoyo constante, muchas personas con trastorno bipolar pueden llevar una vida estable, productiva y plena. Es fundamental evitar la automedicación y mantener una rutina saludable.
Aceptar el diagnóstico, reconocer las señales tempranas y mantener un seguimiento médico constante son pasos clave en el manejo del trastorno.