ENFERMEDAD ARTERIAL PERIFÉRICA (EAP)
La enfermedad arterial periférica (EAP) es una condición crónica en la que las arterias que llevan sangre a las extremidades —principalmente las piernas— se estrechan o se bloquean debido a la formación de placas de aterosclerosis. Este estrechamiento limita el flujo sanguíneo y provoca síntomas que van desde dolor al caminar hasta complicaciones graves como úlceras, infecciones y, en etapas avanzadas, riesgo de amputación. Es un reflejo de aterosclerosis sistémica, por lo que también aumenta el riesgo de infarto y enfermedad cerebrovascular.
1. CONCEPTO GENERAL
La EAP es un trastorno circulatorio caracterizado por reducción progresiva del flujo sanguíneo arterial en las extremidades. Cuando las arterias se obstruyen, los músculos reciben menos oxígeno, especialmente durante el ejercicio, lo que causa dolor o sensación de fatiga. Su forma más común es la EAP por aterosclerosis, pero también puede deberse a vasculitis, trombosis o compresiones mecánicas.
2. PRINCIPALES CAUSAS
La causa más frecuente es la aterosclerosis, un proceso crónico de acumulación de grasas, colesterol, células inflamatorias y tejido fibroso en las paredes de las arterias.
Factores que contribuyen al desarrollo de EAP:
– Tabaquismo (el factor de riesgo más importante).
– Diabetes mellitus.
– Hipertensión arterial.
– Colesterol LDL elevado.
– Edad avanzada.
– Sedentarismo.
– Obesidad y síndrome metabólico.
– Historia familiar de enfermedad cardiovascular.
3. FISIOPATOLOGÍA
La aterosclerosis comienza con daño en el endotelio arterial, lo que permite la entrada de lípidos y células inflamatorias en la pared vascular. Con el tiempo:
– Se forman placas de grasa que estrechan la luz arterial.
– La sangre encuentra dificultad para pasar.
– En casos avanzados, las placas pueden ulcerarse, romperse o generar trombos que obstruyen por completo el flujo.
– Los tejidos distales sufren isquemia, es decir, falta de oxígeno, especialmente durante el esfuerzo.
Si la obstrucción es severa o prolongada, la isquemia puede volverse crítica y causar necrosis del tejido.
4. SÍNTOMAS PRINCIPALES
Los síntomas dependen de la severidad del bloqueo:
a) Inicio
– Dolor o molestia en las piernas al caminar que mejora con el reposo (claudicación intermitente).
– Sensación de pesadez, calambres o fatiga muscular.
– Frialdad en la pierna afectada.
b) Avance moderado
– Disminución del vello en piernas.
– Cambios en la coloración de la piel (pálida o azulada).
– Pulso débil en las arterias periféricas.
– Uñas frágiles o de crecimiento lento.
c) Isquemia crítica
– Dolor en reposo, especialmente por la noche.
– Úlceras en pies o dedos.
– Infecciones recurrentes.
– Gangrena (muerte del tejido), en casos graves.
5. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico se basa en la historia clínica, los antecedentes y estudios complementarios:
a) Exploración física
– Palpación de pulsos femorales, poplíteos, pedios y tibiales.
– Evaluación de temperatura, color y estado de la piel.
– Test de elevación y caída (dependencia gravitacional).
b) Índice tobillo–brazo (ITB)
– Prueba clave. Compara la presión arterial en el tobillo con la del brazo.
– Valores:
– Normal: 1.0 a 1.3
– Leve: 0.7 a 0.9
– Moderada: 0.4 a 0.7
– Grave: <0.4
c) Estudios de imagen
– Ultrasonido Doppler arterial.
– Angiotomografía (angio-TAC).
– Resonancia magnética (angio-RM).
– Angiografía convencional (más precisa, pero invasiva).
6. TRATAMIENTO
La EAP requiere un enfoque integral que combina cambios en el estilo de vida, medicamentos y, en algunos casos, procedimientos intervencionistas.
A. Cambios en el estilo de vida
– Dejar de fumar.
– Caminar de forma regular (programas de ejercicio supervisado).
– Control óptimo de diabetes, hipertensión y colesterol.
– Dieta baja en grasas saturadas y rica en verduras.
B. Medicamentos
– Antiagregantes plaquetarios (aspirina o clopidogrel) para reducir riesgo de infarto y trombosis.
– Estatinas para disminuir colesterol y estabilizar placas.
– Cilostazol para mejorar la claudicación (cuando no está contraindicado).
– Control estricto de glucosa en diabéticos.
– Antihipertensivos para mantener presión adecuada.
C. Procedimientos intervencionistas
– Angioplastia con balón.
– Colocación de stents.
– Aterectomía (eliminar placa).
– Cirugía de bypass arterial en casos graves o lesiones extensas.
7. PRONÓSTICO
El pronóstico depende de la severidad, el control de los factores de riesgo y la adherencia al tratamiento. Con un manejo adecuado, muchos pacientes pueden mejorar la distancia que caminan y evitar complicaciones. Sin tratamiento, puede progresar hacia isquemia crítica y riesgo de amputación.
Además, la EAP indica enfermedad aterosclerótica en todo el cuerpo, por lo que aumenta el riesgo de:
– Infarto agudo de miocardio.
– Enfermedad cerebrovascular.
– Muerte cardiovascular.
8. PREVENCIÓN
– No fumar.
– Controlar colesterol, glucosa y presión arterial.
– Hacer ejercicio regularmente.
– Mantener alimentación saludable.
– Control médico regular si se tienen factores de riesgo.
