Várices: explicación completa
Las várices son venas dilatadas, alargadas y tortuosas que aparecen cuando las venas, principalmente de las piernas, pierden su capacidad para transportar la sangre de forma eficiente hacia el corazón. Aunque pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo, son mucho más comunes en las extremidades inferiores debido a que deben trabajar contra la gravedad para que la sangre ascienda.
Cómo funcionan las venas normalmente
Las venas de las piernas tienen válvulas unidireccionales que impiden que la sangre retroceda. Cuando caminamos o movemos las piernas, los músculos comprimen las venas y ayudan a impulsar la sangre hacia arriba. Si las válvulas se debilitan, se lesionan o las paredes venosas pierden elasticidad, la sangre comienza a acumularse: a este fenómeno se le llama insuficiencia venosa y es el origen de las várices.
Causas principales
Las várices tienen múltiples causas y factores de riesgo:
- Genética: es la razón más frecuente; si un familiar cercano las tiene, aumenta mucho la probabilidad.
- Edad: con los años las venas pierden firmeza.
- Sexo femenino: las hormonas femeninas relajan las paredes venosas.
- Embarazo: aumenta el volumen sanguíneo y la presión sobre las venas pélvicas.
- Obesidad o sobrepeso: incrementa la presión en las piernas.
- Estar mucho tiempo de pie o sentado.
- Sedentarismo.
- Trombosis venosa previa.
- Uso de anticonceptivos o tratamientos hormonales.
Síntomas
No todas las várices provocan molestias, pero cuando lo hacen, suelen incluir:
- Pesadez o cansancio en las piernas.
- Dolor que empeora con estar de pie por mucho tiempo.
- Sensación de calor o ardor.
- Hormigueo o calambres nocturnos.
- Hinchazón (edema), especialmente al final del día.
- Comezón o cambios de coloración en la piel.
- Aparición de venas visibles: azuladas, gruesas y tortuosas.
Las várices pueden ir desde telangiectasias (vasitos rojos finos), várices reticulares (venas pequeñas azuladas) hasta várices gruesas y prominentes.
Complicaciones
Si no se atienden, pueden producir:
- Insuficiencia venosa crónica.
- Dermatitis ocre: manchas oscuras en la piel por depósito de hemoglobina.
- Eccema varicoso.
- Úlceras venosas, especialmente cerca del tobillo.
- Tromboflebitis: inflamación de la vena por coágulo superficial.
- En casos severos, riesgo de sangrado de una vena varicosa.
Diagnóstico
El diagnóstico se hace mediante:
- Exploración física: inspección de las venas y evaluación de síntomas.
- Ultrasonido Doppler venoso: permite ver el flujo sanguíneo, valorar reflujo y descartar trombos. Es el estudio más importante.
Tratamiento
El tratamiento depende del grado de insuficiencia venosa y las molestias del paciente:
1. Medidas conservadoras
Son esenciales en todas las etapas:
- Uso de medias de compresión.
- Elevar las piernas varios minutos al día.
- Evitar largos periodos de pie o sentado.
- Realizar ejercicio regular, especialmente caminar o nadar.
- Controlar el peso.
- Evitar ropa muy ajustada en piernas o cintura.
2. Tratamientos médicos o intervenciones
Cuando hay síntomas importantes o problemas estéticos:
- Escleroterapia: inyección de un líquido o espuma que cierra la vena afectada.
- Láser superficial o endovenoso: útil para venitas pequeñas o para cerrar venas más grandes mediante calor.
- Radiofrecuencia endovenosa: similar al láser, utiliza calor para colapsar la vena enferma.
- Cirugía: se realiza en casos extensos. Incluye desde microextracciones de venas hasta procedimientos como stripping venoso.
- Pegamento endovenoso (cianoacrilato): técnica moderna que sella la vena sin necesidad de calor.
Estas intervenciones no afectan la circulación general, porque las venas enfermas dejan de funcionar correctamente y la sangre busca rutas sanas alternativas.
Prevención
Aunque no siempre se pueden evitar, existen medidas que reducen el riesgo:
- Mantener un estilo de vida activo.
- Evitar estar demasiado tiempo sin movimiento.
- No cruzar las piernas por largos periodos.
- Mantener un peso saludable.
- Usar medias de compresión si existe predisposición familiar.
Pronóstico
Las várices tienden a progresar lentamente con los años. Si se tratan a tiempo, se pueden controlar los síntomas, mejorar la apariencia estética y prevenir complicaciones. Muchas personas logran una buena calidad de vida con medidas sencillas y tratamientos adecuados.
