Trastorno Disociativo de la Identidad (TDI)

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El trastorno disociativo de la identidad (TDI), antes llamado trastorno de personalidad múltiple, es un trastorno psiquiátrico complejo en el que una persona presenta dos o más estados de identidad o alteraciones del sentido de sí mismo que pueden alternarse en el control de la conducta. Se asocia a niveles significativos de disociación, amnesia y dificultad para integrar aspectos de la memoria, la conciencia y la identidad.

Es un trastorno raro, crónico y profundamente debilitante, generalmente relacionado con experiencias traumáticas severas en la infancia, especialmente abuso interpersonal repetido.

Definición

El TDI se define por la presencia de:

  1. Dos o más estados de identidad distintos
    Estos estados pueden diferir en:
    • forma de percibir y relacionarse con el entorno
    • memoria
    • afectividad
    • patrón de conducta
    • preferencias e incluso síntomas somáticos
  2. Lapsos recurrentes de memoria
    Amnesia significativa que no puede explicarse por olvido normal:
    • lagunas de tiempo
    • desconocimiento de acciones realizadas
    • pérdida de recuerdos autobiográficos extensos
  3. Síntomas que causan deterioro clínicamente significativo
    En el funcionamiento social, académico, laboral o personal.
  4. No atribuible a sustancias ni a prácticas culturales.

Etiología

El modelo más aceptado sostiene que el TDI se desarrolla como una estrategia defensiva ante traumas severos y prolongados durante la infancia, cuando la identidad aún está en formación. Factores clave:

  • Trauma interpersonal crónico (abuso físico, sexual o emocional)
  • Negligencia extrema
  • Falta de apego seguro
  • Vulnerabilidad temperamental
  • Alta capacidad de disociación como mecanismo de defensa

El trauma temprano lleva a que el niño “separe” o “particione” aspectos intolerables de su experiencia, formándose identidades o estados disociados que cumplen funciones específicas (protección, afrontamiento, agresión, control emocional).

Fisiopatología y características psicológicas

La identidad humana se construye a través de la integración de experiencias, emociones y funciones cognitivas. En el TDI ocurre una fragmentación estructural:

  • Cada identidad puede tener recuerdos, habilidades, intereses y respuestas emocionales propias.
  • Algunas identidades pueden desconocer la existencia de otras, mientras que algunas pueden “observar” o influir parcialmente.
  • Los cambios entre identidades pueden ser súbitos o graduales y están influenciados por estrés, amenazas percibidas o estímulos traumáticos.

A nivel neurobiológico, estudios de neuroimagen muestran patrones distintos de activación cerebral entre estados de identidad, aunque no existe un marcador biológico diagnóstico.

Manifestaciones clínicas

1. Identidades o estados de personalidad

Los pacientes pueden presentar:

  • Identidades con diferentes voces, edades, géneros o estilos de interacción
  • Identidades protectoras, agresivas, cuidadoras, infantiles o racionales
  • Cambios súbitos en preferencias, habilidades y motricidad

2. Amnesia disociativa

  • Pérdida de recuerdos autobiográficos
  • “Despertares” en lugares desconocidos
  • Compras, viajes o conversaciones sin recuerdo
  • Sensación de tiempo perdido

3. Despersonalización y desrealización

  • Sentirse separado del propio cuerpo
  • Mundo exterior percibido como irreal

4. Síntomas afectivos y disfunción emocional

  • Ansiedad intensa
  • Depresión
  • Ideas suicidas
  • Episodios de desregulación emocional

5. Síntomas somáticos y conversivos

  • Pérdida de habilidades motoras
  • Cambios abruptos en visión o audición
  • Dolores inexplicables

6. Comorbilidades

Frecuentes:

  • Trastorno de estrés postraumático
  • Trastornos depresivos
  • Trastornos de ansiedad
  • Conductas autolesivas
  • Trastornos del sueño
  • Trastornos por uso de sustancias

Diagnóstico

El diagnóstico es clínico, basado en entrevistas estructuradas y evaluación profunda de la historia del paciente. Herramientas utilizadas:

  • SCID-D (Entrevista Clínica Estructurada para Trastornos Disociativos)
  • Evaluación del trauma
  • Registro de lapsos amnésicos
  • Observación de cambios de identidad durante entrevistas prolongadas

Debe diferenciarse de:

  • Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos
  • Trastorno límite de la personalidad
  • Trastorno facticio
  • Simulación
  • Episodios psicóticos inducidos por sustancias

No se diagnostica por la presencia de “voces”, sino por la alternancia de identidades acompañada de amnesia disociativa.

Tratamiento

El tratamiento es prolongado y se basa principalmente en psicoterapia especializada. No existe un fármaco que cure el trastorno.

Objetivos terapéuticos

  • Integración gradual o coordinación funcional de identidades
  • Procesar memorias traumáticas
  • Reducir conductas de riesgo
  • Mejorar la regulación emocional

Enfoques psicoterapéuticos

  • Psicoterapia basada en trauma
  • Terapia psicodinámica orientada a la integración
  • Terapia cognitivo-conductual adaptada a disociación
  • Enfoques faseados:
    1. Estabilización y fortalecimiento de habilidades
    2. Procesamiento del trauma
    3. Integración y rehabilitación

Farmacoterapia

No trata directamente el TDI, pero puede emplearse para síntomas asociados:

  • Depresión
  • Ansiedad
  • Insomnio
  • Episodios disociativos severos

Pronóstico

El pronóstico depende de:

  • Severidad del trauma
  • Estabilidad del entorno actual
  • Motivación para el tratamiento
  • Presencia de comorbilidades
  • Duración del trastorno antes del diagnóstico

Muchos pacientes mejoran significativamente con tratamiento sostenido, reduciendo disociación y mejorando la funcionalidad. La resolución completa o integración total es posible, aunque no siempre se alcanza.

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