Escoliosis idiopática: definición, causas, síntomas y tratamiento

La escoliosis idiopática es una deformidad estructural de la columna vertebral caracterizada por una curvatura lateral anormal mayor de 10 grados (medida mediante el ángulo de Cobb) acompañada de rotación vertebral. Se denomina idiopática porque no tiene una causa conocida identificable, lo que la diferencia de otros tipos de escoliosis causados por enfermedades neuromusculares, malformaciones congénitas o lesiones. Es la forma más común de escoliosis, representando aproximadamente el 80% de los casos diagnosticados, y suele detectarse durante la infancia o adolescencia.
Clasificación por edad
La escoliosis idiopática se clasifica según el momento de aparición:
- Infantil: desde el nacimiento hasta los 3 años. Es poco frecuente y a veces puede corregirse espontáneamente.
- Juvenil: de 4 a 9 años. Tiende a progresar con el crecimiento, por lo que requiere vigilancia cercana.
- Adolescente: de 10 años hasta la madurez ósea. Es la forma más común, conocida como escoliosis idiopática del adolescente (EIA), y suele diagnosticarse durante el “estirón” del crecimiento puberal.
Causas y factores de riesgo
Aunque su causa exacta es desconocida, se han propuesto varios factores que podrían influir:
- Predisposición genética: existe un componente hereditario, ya que suele haber antecedentes familiares.
- Crecimiento rápido: el aumento acelerado de la talla durante la pubertad puede favorecer la aparición o progresión.
- Factores hormonales o neuromusculares sutiles: se han estudiado alteraciones en la melatonina, colágeno o equilibrio muscular, sin conclusiones definitivas.
- Sexo femenino: las niñas tienen más probabilidades de desarrollar curvas progresivas que requieren tratamiento.
Signos y síntomas
En sus etapas iniciales, la escoliosis idiopática no suele causar dolor ni limitaciones funcionales, por lo que muchas veces pasa desapercibida hasta que la curvatura es evidente. Algunos signos comunes incluyen:
- Hombros o caderas desalineados.
- Escápula o costillas más prominentes de un lado.
- Asimetría en la cintura o inclinación del tronco.
- Un lado del cuerpo parece más alto al inclinarse hacia adelante (signo de Adams).
- En casos severos, puede aparecer dolor de espalda, fatiga muscular o afectación respiratoria.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en:
- Exploración física: pruebas como la del test de Adams para detectar asimetrías.
- Radiografías de columna: permiten medir el ángulo de Cobb y determinar la gravedad.
- Evaluación del crecimiento esquelético: ayuda a predecir la evolución de la curva.
Tratamiento
El manejo depende del grado de curvatura, el crecimiento restante y el riesgo de progresión:
- Observación: en curvas menores de 20° en pacientes en crecimiento, se realizan controles periódicos cada 4-6 meses.
- Corsé ortopédico: indicado en curvas de 25° a 40° en pacientes inmaduros esqueléticamente. Su objetivo es detener la progresión, no corregir completamente la curva.
- Cirugía (artrodesis vertebral): recomendada en curvas mayores de 45°-50°, especialmente si progresan o afectan la función pulmonar. Consiste en fusionar las vértebras afectadas para corregir la deformidad y estabilizar la columna.
- Fisioterapia y ejercicios: aunque no corrigen la escoliosis por sí solos, pueden mejorar la postura, la fuerza muscular y la calidad de vida.
Pronóstico y complicaciones
La mayoría de los casos leves no causan problemas graves y permiten llevar una vida normal. Sin embargo, curvas severas no tratadas pueden progresar y provocar:
- Dolor crónico de espalda en la adultez.
- Compromiso respiratorio o cardiovascular en deformidades torácicas graves.
- Alteraciones estéticas con impacto psicológico.
El diagnóstico precoz y el seguimiento adecuado son fundamentales para evitar complicaciones y lograr un mejor resultado funcional y estético.