Tos ferina (pertussis)
La tos ferina, también llamada pertussis, es una infección respiratoria aguda altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Afecta principalmente a lactantes y niños pequeños, aunque puede presentarse a cualquier edad, incluso en adultos vacunados cuyo efecto protector ha disminuido con el tiempo. Su curso prolongado, su tos característica y el riesgo de complicaciones graves la convierten en una enfermedad de importancia en salud pública.
Causa y mecanismo de infección
La enfermedad es producida por Bordetella pertussis, una bacteria que se adhiere a las células epiteliales de las vías respiratorias superiores. Una vez adherida, libera toxinas, entre ellas la toxina pertussis, responsable de gran parte de los síntomas. Estas toxinas alteran la función normal de las células respiratorias, paralizan los cilios encargados de limpiar el sistema respiratorio y provocan inflamación. Como consecuencia, las secreciones se acumulan y la tos se vuelve intensa y persistente.
La transmisión ocurre por gotitas respiratorias cuando una persona infectada tose, estornuda o habla cerca de otra. La bacteria es extremadamente contagiosa: hasta el 80–90% de las personas susceptibles que conviven con un enfermo pueden infectarse.
Fases de la enfermedad
La tos ferina progresa en tres etapas, cada una con características bien definidas:
- Etapa catarral (1 a 2 semanas):
- Se presenta como un resfriado común.
- Fiebre baja o ausencia de fiebre.
- Moqueo, estornudos y malestar general.
- Tos leve y esporádica.
Esta etapa es la más contagiosa y, al parecer tan común, dificulta el diagnóstico temprano.
- Etapa paroxística (2 a 6 semanas, a veces más):
- Aparecen los accesos de tos intensos en forma de paroxismos, que pueden durar minutos.
- Los episodios consisten en múltiples golpes de tos seguidos de una inspiración profunda que produce el sonido llamado “gallo” o “whoop”.
- En bebés pequeños, en lugar del “gallo”, se observan pausas respiratorias (apneas).
- Puede haber vómito posterior a la tos (vómito postusivo).
- La tos es peor por la noche y puede dejar al paciente exhausto.
- Etapa de convalecencia (2 a 3 semanas más):
- La tos disminuye en intensidad y frecuencia.
- Los episodios pueden reaparecer con infecciones respiratorias posteriores.
- La recuperación total puede tardar meses.
Signos y síntomas característicos
- Tos repetitiva que impide respirar entre accesos.
- Inspiración ruidosa posterior al ataque de tos.
- Enrojecimiento facial, lagrimeo y cansancio extremo después de los paroxismos.
- En lactantes puede presentarse cianosis, pausas respiratorias o dificultad para alimentarse.
- La fiebre no suele ser un síntoma predominante.
Diagnóstico
El diagnóstico clínico se basa en la tos persistente y los paroxismos característicos, especialmente si hay antecedentes de exposición. Para confirmarla, se utilizan:
- PCR nasofaríngea, que detecta material genético de la bacteria.
- Cultivo, aunque tarda más y es menos sensible en etapas avanzadas.
- Serologías, útiles en casos prolongados.
El diagnóstico temprano es esencial para evitar complicaciones y limitar el contagio.
Tratamiento
El tratamiento se basa en antibióticos, principalmente los macrólidos (azitromicina, claritromicina o eritromicina). Estos medicamentos no eliminan la tos inmediatamente, pero reducen la contagiosidad y pueden acortar el curso si se administran en la fase catarral.
Además:
- Se recomienda mantener una adecuada hidratación.
- Evitar irritantes como humo, polvo o cambios bruscos de temperatura.
- En bebés menores de 6 meses, suele requerirse hospitalización por riesgo de complicaciones.
- Los accesos de tos no suelen mejorar con jarabes comunes.
Complicaciones
Las complicaciones son más frecuentes en lactantes y pueden ser graves:
- Neumonía, la causa más común de hospitalización.
- Convulsiones por falta de oxígeno durante los paroxismos.
- Hemorragias subconjuntivales por el esfuerzo de toser.
- Pérdida de peso por dificultad para alimentarse.
- Encefalopatía, rara pero muy grave.
- En adultos, puede haber fracturas de costilla debido a la intensidad de la tos.
Prevención
La principal herramienta preventiva es la vacunación:
- En México, la vacuna DPT y TDPA forma parte del esquema infantil.
- Las mujeres embarazadas deben vacunarse en cada embarazo para proteger al recién nacido mediante anticuerpos transplacentarios.
- Los refuerzos en adolescentes y adultos son importantes, ya que la inmunidad disminuye con los años.
- Además, se recomienda el aislamiento del caso confirmado hasta después de 5 días de antibióticos.
Pronóstico
Con tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes se recuperan por completo, aunque la tos puede persistir semanas. El pronóstico depende de la edad: los lactantes menores de 3 meses son los más vulnerables a complicaciones severas.
