Amebiasis
La amebiasis es una infección intestinal causada principalmente por el protozoario Entamoeba histolytica, un parásito que afecta a millones de personas alrededor del mundo, especialmente en zonas con saneamiento insuficiente. Puede producir desde cuadros leves y asintomáticos hasta enfermedad grave con daño en el intestino y otros órganos. Es una de las parasitosis más importantes en países tropicales y subtropicales.
Agente causal
El responsable es Entamoeba histolytica, un protozoario que existe en dos formas:
- Quistes: la forma infectante. Son resistentes al ambiente y pueden sobrevivir en agua, alimentos o superficies contaminadas.
- Trofozoítos: la forma activa que invade tejidos, se multiplica y causa daño intestinal.
Formas de transmisión
La amebiasis se transmite principalmente por la vía fecal-oral, mediante:
- Consumo de agua contaminada.
- Alimentos manipulados con manos sucias.
- Verduras o frutas lavadas con agua contaminada.
- Contacto directo entre personas en condiciones de higiene deficientes.
- Menos comúnmente, prácticas sexuales que implican contacto con materia fecal.
Los quistes ingeridos sobreviven al ácido gástrico y se transforman en trofozoítos en el intestino grueso.
Cómo actúa el parásito
Una vez en el intestino, los trofozoítos pueden:
- Permanecer sin causar síntomas.
- Invadir la mucosa intestinal y formar úlceras.
- Pasar al torrente sanguíneo y llegar a otros órganos, especialmente el hígado, produciendo abscesos.
La capacidad de E. histolytica para destruir tejidos se debe a enzimas y sustancias citotóxicas que generan inflamación y necrosis.
Manifestaciones clínicas
La amebiasis puede clasificarse en tres grandes grupos:
1. Infección asintomática
La mayoría de las personas infectadas no presentan síntomas. Estas personas pueden eliminar quistes y contagiar a otros sin saberlo.
2. Amebiasis intestinal (colitis amebiana)
Es la forma sintomática más común y puede incluir:
- Diarrea con moco o sangre.
- Dolor abdominal tipo cólico.
- Tenesmo (sensación de evacuación incompleta).
- Fatiga y pérdida de peso.
- Fiebre moderada en algunos casos.
En casos graves, puede presentarse colitis fulminante, que es una emergencia médica.
3. Amebiasis extraintestinal
La localización más frecuente es el hígado, causando absceso hepático amebiano, que produce:
- Fiebre alta.
- Dolor en la parte superior derecha del abdomen.
- Escalofríos.
- Malestar general.
- Agrandamiento del hígado.
En raras ocasiones, la infección puede extenderse a pulmones, cerebro o piel.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza mediante una combinación de métodos:
- Examen coproparasitoscópico para identificar quistes o trofozoítos.
- Pruebas de antígenos o PCR, que permiten distinguir E. histolytica de E. dispar (una especie parecida pero no patógena).
- Ultrasonido o tomografía en caso de sospecha de absceso hepático.
- Serologías, útiles para detectar anticuerpos en infecciones extraintestinales.
Tratamiento
El tratamiento depende de la forma clínica:
Para la amebiasis intestinal
Se utilizan amebicidas tisulares que eliminan trofozoítos:
- Metronidazol o tinidazol.
Después, se administra un amebicida luminal para eliminar los quistes y evitar recaídas:
- Paromomicina, diloxanida o yodoquinol.
Para absceso hepático amebiano
Se requiere metronidazol por un periodo más prolongado y, en casos severos o muy grandes, drenaje del absceso.
Complicaciones
La amebiasis puede complicarse si no se trata adecuadamente:
- Perforación intestinal.
- Hemorragia intestinal.
- Megacolon tóxico.
- Ruptura del absceso hepático hacia pleura o peritoneo.
- Sepsis.
Las complicaciones pueden ser mortales, por lo que el tratamiento oportuno es fundamental.
Prevención
La prevención se basa en medidas de higiene:
- Consumir agua potable o hervida.
- Lavar frutas y verduras con agua segura.
- Lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño.
- Evitar alimentos de dudosa procedencia.
- Mejorar sistemas de saneamiento comunitario.
Pronóstico
Con tratamiento adecuado, la mayoría de los casos se resuelven sin secuelas. Sin embargo, las formas graves requieren vigilancia médica estricta.
