Listeriosis
La listeriosis es una infección causada por la bacteria Listeria monocytogenes, un microorganismo capaz de sobrevivir y multiplicarse en condiciones donde la mayoría de las bacterias no pueden hacerlo, como temperaturas de refrigeración y ambientes con poca humedad o alta salinidad. Esta característica le permite contaminar diversos alimentos y convertirse en un problema importante de salud pública, especialmente en poblaciones vulnerables.
Características de la bacteria
Listeria monocytogenes es un bacilo Gram-positivo que muestra una gran capacidad de adaptación. Tolera el frío, puede vivir en refrigeradores y resiste el calor moderado. Puede colonizar superficies industriales dedicadas a alimentos, como maquinaria de procesamiento, líneas de producción y empaques, lo que facilita brotes si no se controla adecuadamente. Su capacidad para formar biopelículas hace que sea complicada de erradicar en entornos alimentarios.
Vías de transmisión
La principal forma de contagio es a través de alimentos contaminados. Entre los más frecuentes se encuentran:
- Lácteos no pasteurizados y quesos frescos.
- Carnes frías o embutidos.
- Productos listos para comer que no se calientan antes de consumir.
- Vegetales contaminados en el proceso de producción.
- Pescados y mariscos, especialmente si están ahumados en frío.
La infección no suele transmitirse de persona a persona, con excepción de la transmisión vertical de madre a hijo durante el embarazo, el parto o por placenta.
Poblaciones de mayor riesgo
Aunque cualquier persona puede infectarse, la listeriosis es especialmente grave en:
- Mujeres embarazadas.
- Recién nacidos.
- Adultos mayores.
- Personas inmunodeprimidas: pacientes con cáncer, VIH avanzado, trasplantados, diabéticos mal controlados o quienes toman inmunosupresores.
En personas sanas, la infección a menudo pasa como un cuadro leve o incluso inadvertido. En los grupos de riesgo, puede transformarse en infección invasiva.
Formas clínicas de la listeriosis
1.
Listeriosis no invasiva (gastrointestinal)
Es la más común en personas sanas. Se presenta tras consumir alimentos contaminados y provoca:
- Diarrea.
- Fiebre.
- Dolor abdominal.
- Malestar general.
Suele resolverse sin complicaciones ni necesidad de tratamiento específico.
2.
Listeriosis invasiva
Ocurre cuando la bacteria pasa al torrente sanguíneo y alcanza otros órganos. Esta forma puede ser grave y potencialmente mortal.
Sus manifestaciones incluyen:
- Sepsis: fiebre alta, escalofríos, confusión, hipotensión.
- Meningitis o meningoencefalitis: dolor de cabeza intenso, rigidez de cuello, alteraciones neurológicas, convulsiones.
- Endocarditis en personas con prótesis valvulares o daño cardíaco.
- Artritis séptica, osteomielitis o infecciones focales en hígado o bazo, aunque son menos comunes.
3.
Listeriosis en el embarazo
Durante la gestación, la infección puede manifestarse de forma muy leve en la madre, pero tener consecuencias severas para el feto:
- Parto prematuro.
- Muerte fetal.
- Infección neonatal grave denominada granulomatosis infantiseptica, que puede llevar a falla multiorgánica y muerte.
El recién nacido puede presentar sepsis, dificultad respiratoria, fiebre, convulsiones o meningitis.
Período de incubación
Es variable y puede extenderse de unos días hasta 70 días en casos relacionados con embarazo. Esto complica la identificación del alimento causante.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en:
- Hemocultivo para detectar la bacteria en la sangre.
- Cultivo del líquido cefalorraquídeo si hay meningitis.
- Cultivos de placenta o líquido amniótico en casos de embarazo.
- Pruebas de alimentos implicados en brotes.
La detección precoz es fundamental en formas invasivas.
Tratamiento
A diferencia de muchas infecciones alimentarias, la listeriosis sí requiere antibióticos cuando es invasiva. El tratamiento estándar incluye:
- Ampicilina en dosis elevadas.
- Combinación con gentamicina en casos graves.
- En pacientes alérgicos a penicilina puede usarse trimetoprim-sulfametoxazol.
En casos no invasivos, si los síntomas son leves, puede no ser necesario tratamiento antibiótico, pero siempre se evalúa el contexto clínico.
Complicaciones
Si no se trata adecuadamente, la listeriosis invasiva puede provocar:
- Meningitis bacteriana severa.
- Septicemia con falla multiorgánica.
- Muerte fetal o neonatal.
- Daño neurológico permanente.
La mortalidad en casos invasivos puede superar el 20%, especialmente en inmunodeprimidos.
Prevención
Las medidas preventivas son clave:
- Consumir únicamente lácteos pasteurizados.
- Evitar embutidos o recalentarlos completamente antes de comerlos.
- Lavar y desinfectar frutas y verduras.
- Mantener buena higiene en refrigeradores.
- Evitar el consumo de pescados ahumados en frío durante embarazo.
- Manipular alimentos crudos con medidas estrictas de limpieza.
En mujeres embarazadas, la prevención es especialmente importante debido a la gravedad de las complicaciones fetales.
Pronóstico
En personas sanas, la evolución suele ser favorable. En pacientes vulnerables o en infecciones invasivas, la gravedad depende del diagnóstico temprano, el inicio rápido del tratamiento y la condición inmunológica del paciente. La bacteria puede persistir en distintos ambientes alimentarios, por lo que los brotes son un riesgo continuo.
