Gota
La gota es una enfermedad inflamatoria causada por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones y otros tejidos. Estos cristales se forman cuando existe hiperuricemia, es decir, niveles elevados de ácido úrico en la sangre. La enfermedad provoca episodios de dolor articular intenso y puede volverse crónica si no se controla.
Causas
La gota aparece por una combinación de factores:
- Producción aumentada de ácido úrico
Puede ocurrir por consumo elevado de carnes rojas, vísceras, mariscos, bebidas alcohólicas (sobre todo cerveza) y bebidas azucaradas. - Disminución de la eliminación renal del ácido úrico
Es la causa más común y ocurre en personas con enfermedad renal crónica, hipertensión, resistencia a la insulina o uso de ciertos medicamentos como diuréticos tiazídicos. - Factores genéticos
Algunas variantes genéticas afectan la forma en que el riñón maneja el ácido úrico. - Estados de destrucción celular acelerada
Como en quimioterapias o enfermedades hematológicas.
Manifestaciones clínicas
La gota tiene tres fases principales:
1. Ataque agudo de gota
- Dolor articular súbito, intenso y generalmente nocturno.
- Articulación roja, caliente, inflamada y extremadamente sensible.
- Con frecuencia afecta la articulación del primer dedo del pie (podagra), pero también tobillos, rodillas o muñecas.
- Los ataques duran días a semanas y pueden repetirse.
2. Periodo intercrítico
- Etapa entre ataques. Puede durar meses o años.
- Si no se controla el ácido úrico, los episodios se vuelven más frecuentes.
3. Gota crónica tofácea
- Acúmulo de cristales formando tofos: bultos duros en articulaciones, pabellones auriculares y tejidos blandos.
- Puede causar daño articular irreversible.
Fisiopatología
- Cuando el ácido úrico supera su punto de saturación en sangre, forman cristales de urato monosódico.
- Estos cristales se depositan en tejidos articulares.
- El sistema inmune los reconoce como extraños y produce una intensa respuesta inflamatoria.
- Esto genera el dolor severo característico del ataque.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en:
- Clínica típica (podagra, ataques agudos, inflamación intensa).
- Análisis de líquido sinovial: confirma cristales de urato con birrefringencia negativa.
- Ácido úrico en sangre: aunque puede ser normal durante el ataque agudo.
- Imágenes: ultrasonido con signo del doble contorno; radiografías si hay daño crónico.
Tratamiento
Ataque agudo
Busca aliviar el dolor y la inflamación:
- Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como indometacina o naproxeno.
- Colchicina en dosis tempranas.
- Corticoides orales o intraarticulares si AINEs están contraindicados.
Prevención a largo plazo
Indicado en quienes tienen ataques recurrentes, tofos o daño articular.
- Alopurinol o febuxostat para disminuir la producción de ácido úrico.
- Probenecid para aumentar su eliminación, en ciertos casos.
- Control de dieta y estilo de vida.
Recomendaciones dietéticas y de estilo de vida
- Reducir consumo de carne roja, vísceras, mariscos y bebidas azucaradas.
- Evitar alcohol, especialmente cerveza.
- Mantener peso saludable.
- Beber suficiente agua para favorecer la excreción del ácido úrico.
Pronóstico
- Con tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes controlan por completo los ataques.
- Sin tratamiento, la enfermedad progresa a formas crónicas con tofos y daño articular permanente.
