Síndrome de Intestino Irritable (SII): explicación completa

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El síndrome de intestino irritable (SII) es un trastorno funcional del sistema digestivo que afecta principalmente al intestino grueso. Se caracteriza por la presencia de dolor o malestar abdominal acompañado de alteraciones en el ritmo intestinal, como diarrea, estreñimiento o ambos de forma alternada, sin que exista una causa estructural o bioquímica que explique los síntomas.

Aunque no es una enfermedad grave, puede llegar a ser muy molesta y afectar significativamente la calidad de vida. Es un trastorno frecuente, sobre todo en mujeres jóvenes y adultas, y su curso suele ser crónico, con periodos de mejoría y recaídas.

Causas

La causa exacta del SII no se conoce, pero se cree que es el resultado de la interacción de múltiples factores físicos y emocionales. Entre los más importantes se encuentran:

  • Alteraciones en la motilidad intestinal, que provocan movimientos intestinales más rápidos o más lentos de lo normal.
  • Hipersensibilidad visceral, es decir, una mayor sensibilidad del intestino al dolor o a la distensión.
  • Desequilibrio en la microbiota intestinal, que puede alterar la digestión y provocar inflamación leve.
  • Estrés y factores psicológicos, como ansiedad, depresión o tensión emocional, que influyen en el funcionamiento del intestino.
  • Cambios hormonales, ya que muchas mujeres refieren empeoramiento de los síntomas durante el ciclo menstrual.
  • Infecciones gastrointestinales previas, que pueden alterar la función intestinal y predisponer al síndrome.

Síntomas

Los síntomas del SII varían de una persona a otra, pero los más comunes incluyen:

  • Dolor o cólicos abdominales, que suelen mejorar después de evacuar.
  • Distensión o hinchazón abdominal.
  • Cambios en las evacuaciones: diarrea frecuente, estreñimiento o alternancia entre ambas.
  • Sensación de evacuación incompleta.
  • Presencia de moco en las heces.
  • Gases excesivos.

El dolor y las molestias suelen aparecer después de comer y pueden aliviarse tras defecar. Los síntomas a menudo empeoran con el estrés o la ansiedad.

Tipos de SII

El síndrome de intestino irritable se clasifica según el patrón de las evacuaciones:

  1. SII con predominio de estreñimiento (SII-E).
  2. SII con predominio de diarrea (SII-D).
  3. SII mixto (SII-M), cuando se alternan ambos síntomas.
  4. SII no clasificable, cuando no predomina ningún patrón específico.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en los síntomas clínicos y en la exclusión de otras enfermedades intestinales. No existen pruebas específicas, pero el médico puede realizar estudios para descartar afecciones como enfermedad celíaca, colitis ulcerosa o infecciones.

Los criterios de Roma IV, utilizados para diagnosticar el SII, establecen que deben presentarse:

  • Dolor abdominal recurrente al menos un día por semana durante los últimos tres meses,
  • Asociado con dos o más de los siguientes:
    • Relación con la defecación.
    • Cambio en la frecuencia de las evacuaciones.
    • Cambio en la forma o consistencia de las heces.

Tratamiento

No existe una cura definitiva, pero el tratamiento busca controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Incluye cambios en la alimentación, manejo del estrés y, en algunos casos, medicamentos.

1. Modificaciones en la dieta:

  • Comer a horarios regulares y evitar saltarse comidas.
  • Reducir el consumo de alimentos grasosos, picantes o ultraprocesados.
  • Evitar bebidas con cafeína, alcohol o gas.
  • Limitar el consumo de lácteos si hay intolerancia a la lactosa.
  • Aumentar el consumo de fibra en casos de estreñimiento (siempre de forma gradual).
  • Seguir la dieta baja en FODMAP, que elimina temporalmente alimentos que fermentan fácilmente y producen gases.

2. Medicamentos:

Dependiendo del tipo de SII, se pueden usar:

  • Antiespasmódicos (para reducir el dolor abdominal).
  • Laxantes suaves (en el SII con estreñimiento).
  • Antidiarreicos (en el SII con diarrea).
  • Antidepresivos en dosis bajas, para modular la sensibilidad intestinal y reducir la ansiedad.

3. Terapia psicológica:

El estrés y las emociones influyen directamente en el intestino. Por ello, técnicas como la terapia cognitivo-conductual, la relajación, la meditación o el mindfulness pueden ser de gran ayuda.

Pronóstico

El SII es un trastorno crónico, pero no evoluciona hacia enfermedades graves ni aumenta el riesgo de cáncer. Con tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida, la mayoría de los pacientes logra controlar los síntomas.

Prevención y autocuidado

  • Mantener una dieta equilibrada y evitar alimentos desencadenantes.
  • Realizar ejercicio físico regular para mejorar la motilidad intestinal.
  • Dormir adecuadamente y reducir el estrés diario.
  • Evitar automedicarse y acudir a revisiones médicas periódicas.

En conclusión, el síndrome de intestino irritable es un trastorno frecuente pero manejable. Con un enfoque integral que combine alimentación adecuada, control del estrés y tratamiento médico, es posible llevar una vida plena y sin limitaciones graves.

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