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El lipedema es un trastorno crónico del tejido adiposo que provoca una acumulación anormal de grasa, casi siempre en las piernas, muslos, caderas y, a veces, en los brazos, pero sin afectar las manos ni los pies. Esta condición es progresiva, dolorosa y principalmente femenina, ya que se relaciona con desequilibrios hormonales y suele aparecer durante etapas de cambio hormonal, como la pubertad, el embarazo o la menopausia.

Características principales

  • Distribución simétrica de grasa: afecta ambas piernas o brazos por igual.
  • Sensación de pesadez y dolor: las extremidades pueden doler al tacto o sentirse sensibles.
  • Tendencia a hematomas: los capilares son frágiles, lo que causa moretones con facilidad.
  • Retención de líquidos: puede haber hinchazón, especialmente al final del día.
  • Resistencia a la dieta y el ejercicio: la grasa del lipedema no se reduce fácilmente con métodos convencionales.

Diferencia entre lipedema, linfedema y obesidad

  • Lipedema: exceso de grasa dolorosa y simétrica, sin afectar pies ni manos.
  • Linfedema: hinchazón causada por acumulación de linfa; generalmente unilateral y afecta los pies.
  • Obesidad: aumento generalizado del tejido graso sin dolor ni patrón específico.

Causas y factores de riesgo

Aunque su causa exacta no está completamente comprendida, el lipedema parece tener un componente genético y hormonal. Entre los factores asociados se incluyen:

  • Predisposición familiar.
  • Cambios hormonales (pubertad, embarazo, menopausia).
  • Desequilibrios en estrógenos y progesterona.
  • Problemas circulatorios o del sistema linfático.

Síntomas comunes

  • Aumento del volumen en piernas o brazos con aspecto “acolchado”.
  • Dolor, sensibilidad o sensación de presión.
  • Fatiga y dificultad para caminar o mantenerse de pie.
  • Aparición fácil de moretones.
  • En casos avanzados, afectación emocional y baja autoestima por cambios estéticos.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en:

  • Historia clínica y examen físico: para distinguirlo de otras causas de hinchazón.
  • Ultrasonido o linfografía: ayudan a evaluar la estructura del tejido adiposo y el estado del sistema linfático.
  • Evaluación del dolor y simetría corporal.

Tratamiento

No existe una cura definitiva, pero los tratamientos buscan reducir los síntomas y frenar el avance:

  1. Terapia descongestiva compleja: incluye drenaje linfático manual, vendajes, compresión y ejercicio suave.
  2. Uso de prendas de compresión médica: ayuda a disminuir la hinchazón y el dolor.
  3. Alimentación balanceada: aunque no elimina el lipedema, una dieta antiinflamatoria puede mejorar la circulación y reducir molestias.
  4. Ejercicio de bajo impacto: como natación, caminar o yoga.
  5. Liposucción especializada (liposucción tumescente o WAL): procedimiento quirúrgico que extrae el tejido graso enfermo sin dañar el sistema linfático.
  6. Apoyo psicológico: el impacto emocional puede ser significativo, por lo que la terapia puede ser beneficiosa.

Pronóstico

El lipedema es crónico y evolutivo, pero con diagnóstico temprano y tratamiento adecuado, los síntomas pueden controlarse eficazmente. La detección precoz es clave para prevenir la progresión hacia lipolinfedema (cuando el sistema linfático se ve comprometido).

En resumen, el lipedema no es simplemente un problema estético, sino una enfermedad del tejido graso y del sistema linfático que requiere atención médica especializada, manejo integral y apoyo emocional para mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.

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