Insulinoma: tumor pancreático productor de insulina

El insulinoma es un tipo raro de tumor neuroendocrino del páncreas que se origina en las células beta de los islotes de Langerhans, las encargadas de producir insulina. Su principal característica es la producción excesiva e incontrolada de insulina, lo que provoca episodios de hipoglucemia (bajo nivel de glucosa en sangre), a menudo de manera recurrente e impredecible.
En la mayoría de los casos, los insulinomas son tumores benignos y solitarios, aunque en un pequeño porcentaje pueden ser múltiples o malignos, con capacidad de diseminarse a otros órganos. Su aparición es más común entre los 40 y 60 años, y afecta tanto a hombres como a mujeres por igual.
El exceso de insulina que liberan estos tumores provoca que la glucosa en sangre disminuya demasiado, generando síntomas neurológicos y autonómicos. Entre los más frecuentes destacan:
- Sudoración excesiva, temblores y palpitaciones.
- Confusión, visión borrosa, irritabilidad y cambios de comportamiento.
- Debilidad, mareos, pérdida del conocimiento o convulsiones en casos graves.
Un signo característico es la tríada de Whipple, que incluye: síntomas de hipoglucemia en ayunas, niveles bajos de glucosa en sangre (generalmente <50 mg/dl) durante los episodios, y desaparición de los síntomas tras la ingesta de glucosa.
El diagnóstico se basa en pruebas de laboratorio que confirmen hipoglucemia con niveles elevados de insulina, péptido C y proinsulina, así como estudios de imagen (ecografía endoscópica, tomografía o resonancia magnética) para localizar el tumor. En ocasiones, puede ser necesario realizar pruebas de ayuno supervisado durante 48 a 72 horas para provocar un episodio y confirmar el diagnóstico.
El tratamiento de elección es la cirugía, ya que extirpar el tumor suele curar la enfermedad en la mayoría de los casos. Si no es posible la cirugía o hay múltiples tumores, se pueden emplear medicamentos como diazóxido para inhibir la liberación de insulina o análogos de somatostatina. En casos malignos o metastásicos, se pueden considerar terapias más agresivas, como quimioterapia o terapia dirigida.
Con un diagnóstico temprano y tratamiento adecuado, el pronóstico del insulinoma es muy favorable, y la mayoría de los pacientes se recuperan completamente tras la resección quirúrgica. La detección precoz es clave para evitar complicaciones neurológicas derivadas de la hipoglucemia repetida.