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La narcolepsia es un trastorno neurológico crónico que afecta el control del sueño y la vigilia. Las personas con narcolepsia pueden experimentar somnolencia extrema durante el día y episodios repentinos de sueño, en los que se duermen de forma involuntaria, incluso en medio de una conversación, comiendo o caminando. Se estima que afecta a entre 25 y 50 personas por cada 100,000, aunque muchos casos no se diagnostican correctamente.

¿Qué causa la narcolepsia?

La causa más común es la falta de hipocretina (también llamada orexina), una sustancia del cerebro que regula el estado de alerta y el sueño REM. En la mayoría de los pacientes, esta pérdida se asocia con una reacción autoinmune, donde el propio sistema inmunológico destruye las células productoras de hipocretina.

Hay dos tipos principales:

  • Narcolepsia tipo 1: incluye cataplejía (pérdida súbita del tono muscular) y niveles bajos o ausentes de hipocretina.
  • Narcolepsia tipo 2: sin cataplejía y con niveles normales de hipocretina.

Principales síntomas

  1. Somnolencia diurna excesiva
    Es el síntoma más común. La persona tiene una necesidad abrumadora de dormir durante el día, a veces con “ataques de sueño” incontrolables.
  2. Cataplejía
    Es la pérdida súbita del tono muscular, desencadenada por emociones fuertes como la risa, el enojo o el miedo. La persona puede caer al suelo, soltar objetos o tener debilidad en las rodillas o rostro, sin perder la conciencia.
  3. Parálisis del sueño
    Incapacidad temporal para moverse o hablar al quedarse dormido o al despertar. Aunque dura solo unos segundos o minutos, puede ser aterradora.
  4. Alucinaciones hipnagógicas o hipnopómpicas
    Son sueños vívidos, a veces aterradores, que ocurren justo al inicio o al final del sueño, y se sienten como reales.
  5. Sueño fragmentado
    Aunque duermen más durante el día, las personas con narcolepsia pueden tener sueño nocturno interrumpido.

¿A quién afecta?

  • Comienza con mayor frecuencia en la adolescencia o en adultos jóvenes.
  • Puede confundirse con depresión, epilepsia o falta de motivación.
  • Afecta por igual a hombres y mujeres.

Diagnóstico

El diagnóstico requiere una evaluación detallada, que puede incluir:

  • Historia clínica y registro de síntomas
  • Estudio polisomnográfico nocturno (para evaluar el sueño)
  • Prueba de latencias múltiples del sueño (MSLT), que mide qué tan rápido se duerme y cuántas veces entra en sueño REM durante siestas programadas.
  • Análisis del líquido cefalorraquídeo (en casos específicos) para medir la hipocretina.

Tratamiento

Aunque la narcolepsia no tiene cura, existen tratamientos que ayudan a controlar los síntomas:

Para la somnolencia diurna:

  • Modafinilo o armodafinilo
  • Solriamfetol o pitolisant
  • Estimulantes como el metilfenidato, en algunos casos

Para la cataplejía y otros síntomas REM:

  • Antidepresivos tricíclicos o inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (ISRS/IRSN)
  • Sodium oxybate, que mejora el sueño nocturno y reduce cataplejía y somnolencia diurna

Medidas generales:

  • Siestas programadas
  • Rutinas de sueño estrictas
  • Evitar alcohol y sedantes
  • Adaptar el entorno escolar, laboral y social

Impacto en la vida diaria

La narcolepsia puede afectar la vida personal, académica, laboral y emocional. Muchos pacientes se sienten incomprendidos, y es común que haya un retraso de años en el diagnóstico. El estigma y el desconocimiento hacen que las personas sean percibidas como flojas o desinteresadas.

Con un tratamiento adecuado, apoyo psicológico y adaptaciones en el entorno, la mayoría de los pacientes puede llevar una vida activa y productiva.

La narcolepsia no es solo “tener sueño”: es un trastorno neurológico real que exige comprensión, tratamiento y acompañamiento constante. Reconocer sus síntomas y actuar a tiempo puede cambiar radicalmente la calidad de vida de quien la padece.

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